domingo, 6 de marzo de 2011

Capitulo 5

 - A ver, Haay. No podemos llamarla, porque debe estar con su familia, o dormida. Además, hablarle no servirá de nada. Más bien vayamos a su casa y le llevamos el taller de geografía.
- El que me vas a dejar copiar? -pregunté, aprovechando la oportunidad.
- Ese mismo. -dijo después de suspirar.- No entiendo cual es la pereza que te da sentarte a hacer eso.
- Tengo mil cosas mejores que hacer, como contar los pelos de mi hermana. Y sabes que geografía no me entra. ¡es imposible!
- Siempre dices lo mismo!
- Kaay, para eso estás tu, querida amiga. ¡no me dejarías quedarme sin neuronas! verdad?
- No seas tan dramatica!
- Ah. Como sea. ¿Sabes que deberías hacer?
- No. ¿Qué?
- Contarme que fue lo que pasó con la abuela de Leah.
- Oh...-tomó aire.- Sí. Mira, te acuerdas que despues de...bueno, de lo que le pasó al papá de Leah, abbie no nos volvió a invitar a tomar té con galletas?
- ¿Cómo olvidarlo?
- Bueno, fue porque cayó en depresión, y en ganas de no hacer nada. Entonces bueno, iba a donde la piscologa y todo...Pero, Haay, simplemente se cansó. Y bueno...Digamos que tomó muchas pastillas.
- Ay. -fue lo único que salió de mi boca.
- Ajá, pero por ahora, me tienes que presentar al nuevo.
- Oh! por su puesto! Le dije que se podía sentar con nosotros, porque no tiene amigos...y ya sabes.
- Y por el gran grupo de amigas que somos- ironizó.
- Ay solo callate y ve a comprar tu comida. -le dije mientras me sentaba en una de las mesas. Se rió.- ¿Me compras un sanduche? -le pedí.
- Agh. -se quejó.
- Pero si vas a hacer la fila!
- Bueno.
- Eres la mejor!

Segundos después mi móvil empezó a vibrar.
Jake.

Yo: Hola?
Jake: Hola, Haay, soy yo...
Yo: Jake. -interrumpí- El identificador de llamadas. -me reí.
Jake: Ja..ya. ¿Dónde estás?
Yo: En la cafetería. ¿Sabes donde?
Jake: Pues...sí, estoy bajando las escaleras de...Olvidalo, ya llegue.

Me fijé por fuera de la cafetería, y ahí estaba Jake entre todos los estudiantes, con todas las chicas detrás de él mirándolo. Sonreí y colgué el teléfono. Pareció desconcertado, hasta que me vio caminando hacia él.

- Hola. -saludé- ¿qué tal tu día?
- Nada mal. -dijo encogiendose de hombros.- ¿que hay del tuyo?
- Igual...no hemos coincidido en ninguna clase...
- No. Quizá en las horas después del almuerzo.
- A lo mejor. -dije. - Y que, ¿nuevos amigos?
- Bueno...pues está la chica que me habló en Lenguas. Una tal...Tracy.
- Oh, Tracy Norrens.
- Es tu amiga?
- No. Solo la conozco. Es...buena chica, siempre tiene buenas notas.
- Es amable...Y también está Glenn, lo conocí en mi primera clase. Es buen tipo... ¿Quienes son tus amigos?
- Pues. Verás...Solo somos Kee, Leah y yo..
- ¿Solo ustedes?
- ...Y Leah no está hoy. Ya vas a ver...

Jake fue a comprar su almuerzo, y yo me senté de nuevo sola en la mesa. Al poco rato llegó Kee.

- Mañana haces tu la fila. -dijo con rabia.- Como quince minutos en darme dos estúpidos sanduches! -se quejó.
- Jaja.
- Ugh. ¿Dónde está el nuevo?
- Haciendo la fila... ¡Ay pero ya dame el sanduche! Tengo hambre.
- Yo igual. ¡Y eso que no hiciste la fila!
- Agh. -dije mordiendo mi sanduche.

- ...Y él es Jacob, Keely, el chico nuevo del que te hablaba. -dije interrumpiendo nuestra conversación cuando Jake llegaba.

- Hola-saludó él- Es un placer. Dime Jake.
- Kee. -dijo ella sonriéndole.

Jacob se sentó y empezamos con la conversacion mas original de todas: El clima.


- Hola, nos podemos sentar? -preguntaron unas chicas, que en realidad nunca nos hablaban, mientras se sentaban. Eran 5.

- ¿Oh, eres tú el chico nuevo? ¿Como te llamas? -preguntó una de ellas.
- Soy jacob...-dijo él dudoso.
- Es un gusto! nosotras somos...-la chica empezó a parlotear, y Jacob me miró enarcando una ceja. Me encogí de hombros.

Nuestra mesa del almuerzo se llenó, y no le pude volver a dirigir la palabra a Jacob en todo el almuerzo. Cuando faltaban cinco minutos, Kee y yo nos fuimos al baño sin despedirnos.

- Ugh. Manada de interesadas! Estúpidas falsas..! -me quejé volviendo a clases.
- ¡Te estan quitando a tu jake! -se burló Kee.
- Callate, Kee. 

Coincidí con Jake en una clase. Francés. Se sentó a mi lado, sin decir nada ni sonreír. Tampoco hice nada, hasta que la maestra nos puso en parejas para un trabajo.

- ¿Quieres ser mi pareja? -le pregunté. Miró a su alrededor y asintió.

- Ya, Jake, no sabía que esas chicas se sentarían, además, sólo lo hicieron por ti. -le dije cuando terminamos.
- No te despediste.
- No tuve oportunidad. -terminé la conversación.

El timbre sonó y lo único que me dijo Jake fue "Nos vemos después de clases" antes de salir. Quería llegar a mi casa, salir a caminar, jugar con mi hermana, llamar a Liam o simplemente quedarme ahí acostada esperando que sea mañana, no sonaba nada mal.  Pero recordé a Kee y a su "iremos a la casa de Leah, y no salgas con excusas."
Así que tenía que ir. Suspiré, aún quedaba una hora más de clases, y ésta vez me tocaba Geografía.

Entré al aula en estado automático. Siempre me encontraba con Lee en ésta clase, y eso hacía mas agradables los Lunes. Pero hoy no. Posiblemente tampoco mañana en historia, ni en artes.

Quería irme a casa pero sabía que Kee me haría ir a casa de Leah, y tenía que hacerlo. La clase tenía que entregar un trabajo para hoy, sonreí porque Liam me lo había hecho el jueves. La maestra recogió los trabajos y repartió otros.

- Este trabajo es para dentro de dos clases. Pueden empezarlos en este tiempo de clase que queda. No se les olvide...Si alguien tiene alguna duda pueden buscarme en este momento, o durante los almuerzos o al final del día....

Clase libre! Sonreí mientras guardaba el trabajo y sacaba mi móvil. Lo tapé con mi bolso y mandé un mensaje sin que nadie se diera cuenta.

"Se que estas ocupado, pero tengo otro trabajo para que me ayudes." Le mandé a Liam. Luego me dispuse a garabatear en mi agenda, hasta que mi móvil vibró. Era un mensaje de Leah.

"Se que van a venir, por eso las amo...alguna podría sacar mi agenda de mi taquilla? y traérmela? bueno, mas les vale. Nos vemos"

Seguramente también se lo habría mandado a Kee. Seguí garabateando...hasta que la clase terminó. Salí casi corriendo. Me dirigí primero a mi taquilla, a coger mi abrigo y mi taller de geografía, el que Kee me dejaría copiar. Cuando estaba abriendo el casillero de mi amiga para sacar su agenda, Kee llegó a mi lado.

- ¿y bien? -pregunté sin mirarla.
- Fue un día perverso.
- Lo sé. Me aburrí como nunca.
- Siempre dices eso, tonta.
- Porque cada día resulta más aburridor que el otro! -me defendí- ¡Por más imposible que paresca! -Kee rió.
- Ya...¿Tienes la agenda de Lee?
- Sí, -dije cerrando su taquilla- por cierto, ¿tienes el taller de geografía?
- Eres una vil tramosa e interesada! -me dijo.
- Ya quisieras! Como si yo no te prestara mis talleres de frances!
- Touché. -dijo. Le sonreí.- Bueno y si no vamos ya la fila para salir será horrible. Así que a correr.

Kee y yo nos abrimos paso entre todos los estudiantes rápidamente para llegar al auto y no tener que esperar para salir. Afortunadamente, a los chicos del instituto les gustaba platicar un rato con sus amigos después de clases, así que fue poco tiempo el que tuvimos que esperar.

- Lee y tú no deberían vivir tan lejos. -observó Kee cuando llebavamos cerca de quinze minutos en el auto.
- Pues no es nuestra culpa. -dije mientras mi móvil sonó.

- Uuuu, llamada. -dijo Kee inclinándose para ver quién era, pues estábamos en un semáforo.- ¿quién es?
- Liam. -confesé.
- ¿Tu adoradisimo vecino al que no presentas?
- El mismo. -dije mientras contestaba.

Yo: ¿Sí, Liam?
Liam: Hola bonita.
Yo: ¿Cómo estás?
Liam: Muy bien ¿y tú?
Yo: De maravilla.
Liam: Leí tu mensaje, el que por cierto mandaste a muy mala hora.
Yo: Lo siento, pero de no hacerlo se me olvidaba, y sería terrible, porque reprobaría.
Liam: Ya..¿cuándo quieres mi ayuda?
Yo: Hoy por la noche me paso por tu casa.
Liam: Dale, y cenas conmigo.
Yo: Liam..
Liam: Por favor!
Yo: Como quieras.
Liam: Pasate cuando quieras, nos hablamos bonita.

Liam colgó sin dejarme tiempo para despedirme.

- Pronto me lo tendrás que presentar. -anunció Kee.- ¡Y tendrás que hacérlo!
- Kee, es solo un amigo, bastante inteligente, por cierto.
- ¿Te gusta?
- Eres molesta! Además, no me gusta. Es muy...intelectual, no sé. No es mi tipo. ¡Es más bien una biblioteca andante! ¡Lo sabe todo! -dije- Ay! Pero vaya que es tu tipo, amiga! Es perfecto para ti, juro que te gustará! ¿cómo no se me ocurrió antes? ¡Te lo voy a presentar! Mañana te vienes a mi casa.
- Tú y tus ocurrencias, Haylie.
- Vamos, Keely, necesitas un novio. Además, si no te gusta no tienes que verle más. ¿Qué pierdes?
- Tiempo.
- Si serás! Mañana vas a mi casa.

Kee no discutió, por lo que supe que lo haría.

Pronto me vi en la casa de Lee, copiando el taller de Kee y hablando con ellas. Lee parecía mejor, y con suerte mañana iría al instituto, pero solo haría un exámen de cálculo. Nos dijo que iría a clases el día después de mañana. Su abuela había sido velada en la mañana, y sería enterrada mañana a las once. Kee y yo nos saltaríamos las dos clases y el almuerzo, y volveríamos al instituto después de almuerzo para hacer las últimas tres clases.


Comimos torta de avena, y terminamos los deberes. Nos pusimos a ver algo de televisión y a hablar. Cuando eran las siete y cuarenta, decidí que era hora de ir donde Liam.

- Chicas creo que tengo que irme ya.
- Lee, lo que pasa es que Haay quedó con su vecino para hacer un taller de no sé qué. -dijo Kee riendo.
- De geografía. -completé
- ¿El famoso Liam? -preguntó lee
- Y Kee lo conocerá mañana, porque sinceramente pienso que hacen una pareja perfecta. -terminé.
- ¿Y cómo es eso que lo conoce ella y yo no?
- Lee, lo siento, después lo conocerás. -prometí.
- En todo caso, -dijo ella- ¿en qué piensas irte?- no lo había pensado.
- Pues, no había pensado en eso, pero puedo hacerlo caminando.
- ¿y caminar 4 kilómetros? -preguntó ella.
- Emm, pues...sí.
- Tonta, en el bolso están las llaves de mi auto. Llevatelo, y el miércoles vienes por mí en la mañana.
- Te amo, Leah! -le dije con una enorme sonrisa en el rostro cuando había cogido las llaves.- Ahora sí, me largo. Las quiero amigas. -le di un beso a cada una en la mejilla  y salí de la casa casi trotando.

Frené en la puerta de mi casa. En lugar de entrar decidí llamar a mi madre.

Mamá: ¿Eres tú, Haylie?
Yo: ¿Si no quién más?
Mamá: Te sorprenderías, muñeca. -rió.- ¿dónde estás?
Yo: Tengo que hacer un taller, y Liam me va a ayudar. Cenaremos juntos.
Mamá: Ah, bueno. Divertete, corazón. Y no llegues tarde.
Yo: Claro...y...Tengo que hablar contigo.
Mamá: Bueno, cuando llegues hablamos.
Yo: Bien, entonces nos vemos.
Mamá: Te quiero!

Colgué y me bajé del auto. Caminé a la casa de Liam. Antes de tocar, decidí llamarlo.

Liam: Hola, bonita.
Yo: ¿Me abres?
Liam: Claro. -rió.

Colgué, y toqué la puerta.

- Hola, chica. -me saludó Liam, recostado en la entrada con una sonrisa.
- ¿Qué tal? -le sonreí.
- ¿Quieres pasar?
- No, en realidad, me quiero quedar acá todo el día. -dije con sarcasmo.
- Si eso es lo que quieres...¿por qué no me muestras el taller?
- Idiota! correte! -le dije empujándolo para poder pasar.

- Liam, ¿quién es? -gritó una voz femenina desde la cocina.
- Es mi madre. -me susurró Liam mientras yo me sonrojaba.- Mamá, es mi amiga! -le respondió.

Liam se burló de mi por haberme sonrojado, yo le saqué la lengua.

- Hola. -dijo la madre de Liam, saliendo de la cocina.
- Hola señora Henderson. -saludé timidamente.
- Llamame Gloria. ¿tú eres?
- Haylie, Haylie Gunn.
- Hay! La vecina! -dijo abriendo los ojos y abrazandome.- Pero ¡cómo has crecido! Lamento no reconocerte! Dios ¿en qué planeta estoy?
- Jaa...-me reí timidamente.
- La cena estará en unos minutos. ¿Te gusta la pasta, Haylie?
- Sí, mi comida favorita. -respondí con una sonrisa.
- Genial. Yo los llamo, sientete como en tu casa. -sonrió y se fue a la cocina.

- Por acá. -me dijo Liam riéndose, mientras subía las escaleras. Le seguí.

Siempre que iba a la casa de Liam, su madre estaba en el trabajo. Así que aún no la había conocido. La casa de Liam era un lugar muy frecuentado para mí, y ya tenía toda la confianza del mundo. Me quité los zapatos y me tiré en su cama. Saqué el taller.

- ¡Pero que confianza la tuya! -me dijo.
- Liam, he venido...¡como mil veces a ésta casa!
- Eso es cierto...Haber, muestrame el taller.

Saqué el taller de mi bolso y se lo pasé, con mi bolsa de colores.

- Eres una aprobechada.
- No es cierto.
- Lo es.
- Bueno, un poco. ¡Pero te gusta hacer ese tipo de trabajos!
- Un día te lo cobraré.
- ¡No te daré dinero por hacerme un favor!
-  ¿Quién habla de dinero?
- ¿cómo me cobrarás?
- Aún no sé. -dijo pensativo.


- Haylie, Liam, ¡a comer! -nos gritó Gloria. Liam  le gritó un "Un momento!", terminó de escribir algo y ambos bajamos.

La cena estuvo bien. Su madre nos habló un rato, y después subimos a terminar el trabajo. Liam lo terminó masomenos media hora después. Liam me propuso quedarme, pero en vista de que mañana tenía instituto decidí irme. Liam insistió en acompañarme.

- ¿Qué podría pasar? -le dije.
- No sé, intento ser caballeroso.